Paraíso Artificial
Jordi Gispert Pi
Oír, ver y pensar la artificialidad como trabajo técnico del ser humano.
«Paraíso Artificial es una obra que formaliza la atracción del ser humano por los brillos de la artificialidad. El bípedo se ha especializado en la construcción de útiles técnológicos. Un artilugio mejora a su precedente, instituyendo la cultura artificial en la que nos hallamos sumergidos. La sociedad entera vive inmersa en un mundo artificial al que aceptamos con naturalidad. Estamos sumergidos en paradigmas artificiales que nos conducen a la biotecnología.
Dominar las duras condiciones de la vida prehistórica, ha llevado a la humanidad a recrear un paraíso artificial que depende de una gran complejidad tecnológica para su mantenimiento. Pero es evidente que esa complejidad no es garantía de seguridad y tampoco de sostenibilidad. No obstante ya no podemos prescindir de la técnica, pues dependemos de una ingeniería que se aplica en la solución de los problemas. Se ha llamado a los tiempos en que vivimos la Antroposfera. Es decir, el ser humano es quien ha establecido las condiciones de vida en el planeta, su mantenimiento y quien decide su futuro. Es la perspectiva biopolítica tecnológica la que dictamina el ritmo del mundo.»






«El proyecto trata sobre la artificialidad, como extensión de la idea de arte. Se evidencia la identidad entre la materia de la obra de arte y el concepto expositivo. Paraíso Artificial hace referencia a la atracción del ser humano por el producto de su trabajo técnico, extensivamente por un posible futuro biomecánico.
La obra presenta abstractamente esa fascinación, la piel de la máquina, como reflexión de la luz sobre el objeto. La materia que se manipula es el aluminio, metal sintético fabricado a partir de polvo de bauxita.
La exposición se desarrolla en 8 formatos distintos, en un ambiente de festiva artificialidad…
¿Qué no es artificial en la sala de exposición? Quizás todavía el cuerpo del observador.»
– Jordi Gipsert Pi
SOBRE EL ARTISTA:
JORDI GISPERT PI
Nacido en Barcelona (1957) estudia en la Escuela Superior de Bellas Artes Sant Jordi, Barcelona.
En 1980 comienza su trayectoria expositiva con las primeras muestras en galerías de Europa: Formentera, Barcelona, París, Giessen, Torino. En 1990 el Gobierno de la Generalitat de Catalunya le otorga el Premio a la Creatividad por por su proyecto artístico-lúdico «El Juego del Laberinto», basado en la simbólica mediterránea y destinado a dinamizar la ciudad durante los Juegos Olímpicos de Barcelona del 1992.
Desde entonces, sigue su producción artística con exposiciones tanto en galerías privadas como en espacios institucionales y encargos para coleccionistas particulares. Su trabajo desarrolla la Ecología Visual, que invoca artísticamente el cuidado del paisaje, como medio ambiente. En su libro “Econsciencia y Mismidad”, que puede leerse en www.nuskito.com, explora sobre los paradigmas del conocimiento para alcanzar el autocontentamiento y la perspectiva utópica de un mundo posible, que ha superado el sadomasoquismo.